[ˈjuːtjuːb]
“La virtualidad sólo se aproxima a la felicidad porque retira subrepticiamente cualquier referencia a las cosas. Nos da todo, pero de manera sutil nos escamotea al mismo tiempo todo. El sujeto se realiza en ella perfectamente, pero cuando el sujeto está perfectamente realizado, se convierte de forma automática en objeto y cunde el pánico”.
Jean Baudrillard
El devenir secuencial de las imágenes ata la mirada. Ahí queda, casi de manera inadvertida, la ilusión interactiva. Desde un lugar distinto, quien mira está fuera, pero se siente dentro, como un voyeur, como un cómplice, extraño y protagonista. La fluidez del movimiento produce un efecto viral, un imaginario que alimenta el mito desdibujado de aquello que fuimos, de aquello que somos o queremos ser.
Se desdibuja la barrera entre quien mira y quien es mirado. Se pervierte el límite de la pantalla y se genera un nuevo escenario. Objetos tan intangibles como reales, sujetos y productos, masa y mercado. La virtualidad se presenta como escapatoria y como generadora de nuevos vínculos, de lazos mutantes o embaucadores. Bajo la necesidad de ver y de ser visto, consumidor y productor se vuelven uno mismo.
[ˈjuːtjuːb] – Marta F. Gimeno
Inyección de tinta sobre papel, 90x55 cm y proyección de vídeo
2017